La gente siempre hace lo contrario.
Deja el primero a un lado y apúrate con el segundo.
Dado que el orden se invierte, puede parecer plausible al principio, pero al final no hay recompensa.
La vida es como un paseo en carro.
El conductor del carro sostiene un barril en la mano, lo llena de aceite y lubrica la rueda dos veces al día.
Quiero que el carro funcione sin problemas para que no se rompa y vaya al lugar donde quiero ir a descansar.
Los carruajes transportan mercancías y transportan personas.
Para transportar bien cargas pesadas o transportar personas cómodamente, es necesario lubricar el buje con aceite y apretar el mandril.
Lo bueno que sea el aspecto del carrito no tiene nada que ver con su esencia.
Por muy buenos que sean los adornos y adornos del carro, de nada sirve si, al poco tiempo, las ruedas se sueltan y empiezan a traquetear.
El carro es solo un medio, no un fin.
Sin embargo, hay personas que se olvidan por completo de las caminatas y se centran en decorar el carrito. Ese tonto es el que ni siquiera sabe adónde va, aunque se esfuerce mucho por el resto de su vida.
Es imposible ser diligente, y si pones esfuerzo en algo absurdo, tu arduo trabajo se convertirá en arduo trabajo y no obtendrás ningún resultado.
Desde fuera parece creíble, pero no hay una esencia real aquí, e incluso si es creíble al principio, se queda muy atrás.
Si el carro lleva cosas, el escudo de armas lleva el Tao.
Las decoraciones de carritos con decoraciones brillantes o el poderoso escudo de armas no son muy útiles para transportar artículos o espadas.
Cuando las raíces están firmes, los nutrientes se aprietan, las hojas se tuestan y las flores florecen.
Si la raíz es moral, entonces la oración es solo una flor en la que se manifiesta.
Las flores son hermosas, pero la fuente de la belleza proviene de las raíces.
Sin embargo, la gente no va a aumentar la fuerza de las raíces dándoles estiércol, sino solo para que las flores florezcan.
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